Su trabajo lo tiene en el fondo de la casa de sus padres. Desde hace 30 años que se dedica a su taller de costura, desde que su novio la abandonó. Aunque tiene empleadas, siempre está disponible para sus metas, lemas y tareas de confeccion de ropa, pero se queja de lo que falta, de lo que pasa alrededor de ella y de lo que debería pasar.
Pesa el doble de lo que pesaba cuando no era independiente. Sus padres siguen vivos, ella es su sostén y su progreso. Aunque no puede tanto caminar ni mucho menos correr.
Es la tía preferida de casi una docena de sobrinos porque hermanos tiene siete. Y si bien cumple años en navidad, se dedica a ver las caras de dos de sus sobrinos menores a los que es capaz de darles lo mejor en materia y lo más audaz en consejos.
Pero no tiene muchos amigos. Su actitud terca y su cara de no agradarle nadie ya definen todo su interes por relacionarse.
Para la ultima navidad, se la paso quejándose de no poder seguir pagando su obra social. Y que entre caras, gestos y algunas risas irónicas, tuvo que pedir una mano para levantarse del sillon por su extremada gordura.
Sus hermanos no la ayudan, ella supuestamente puede con todo, y las manos aparecen de sobrinos y cuñadas.
Ahora aunque su papa está enfermo... no quiere internarlo y no acepta consejos de nadie.
Si fue ella quién protegió a sus padres durante toda su vida y pretende seguir haciéndolo. Pero su dolor ahora es que si lo internara, ella no podría ir a visitarlo.
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