Presente en todas las clases, nunca una llegada tarde. Una señora de lo más pintarrajeada, vestida siempre a tono con la sombra de sus ojos y una mirada fija en la seriedad.
Capaz de gritar toda la hora y cambiar los temas y dar mucha información.
Hablaba sola en los recreos. Y si hablaba con alguien cerraba los ojos.
Se comentaba que su hijo y marido habían muerto y que estaba loca.
Una mamá fue a quejarse de las malas notas de su hija y ella solo sonrió y atinó a mostrar el plan de estudios que daba y que documentaba sus clases. Diciendo que ningun chico puede pasar a la secundaria si no tiene la base bien aprendida. Y además que no se encaprichaba con ningun chico, sino que ellos se encaprichaban en no estudiar y no concentrarse.
Asi que la mamá busco una maestra particular. Encontró una que casualmente conocía el colegio, y a esa maestra porque sus hijos habían ido juntos en la primaria. Dice que ella da refuerzo a todo ese mismo grado hace años.
Sacó de un mueble una de las tantas carpetas ordenadas, con un enorme archivo de pruebas y trabajos prácticos de esa maestra. Explicó cómo sería la hora con la nena, el contenido, el programa y los ejercicios.