EL YO DICTADOR DE LEO

....¿quién osaría, entonces, afirmar despues de semejante carrera y semejante caída, que ese hombre ha comprendido su misión inaudita y tremenda, o bien, que la ha desconocido?.
Ignora que en él reinaban no la necesidad ni el placer de la potencia, sino la idea del destino y su consumación. Se empeña en imitar esa mirada arrojada sobre seres y no comprende lo que en esa mirada es necesidad y coacción; confunde el estricto rigor de ese YO con la excitación del sentido de sí mismo. No puso nunca ninguna fuerza de relación, sino que era su consumación.
El siglo se entuasiasma al ver esa frente despótica, pero no descifra los signos escritos en ella, como los signos en el cuadrante del reloj.