Pluton en Casa X

La madre lo llevaba posesivamente con ella todo el tiempo, incluso a su consultorio donde atendía a pacientes con tratamientos psiquiátricos. Le pedía a su hijo chico que guardara silencio y se ubicara en la sala contigua para no molestar la sesión. Y a  él le intrigaba a qué se dedicaba exactamente la madre en esas cuatro paredes durante esos silenciosos cincuenta minutos, así que  permanecía callado pero de alguna forma investigaba de qué se trataba ser psiquiatra. Llegó a conocer al primer paciente cuando al escuchar el timbre entornó la puerta y por un espacio muy reducido vió a un hombre de aspecto tranquilo saludarla con amabilidad y entrar directamente a donde estaba ese diván.
Podía preguntarle a la madre qué significaba ese trabajo, pero ella lo miraba siempre como sabiendo lo que pensaba que prefirió guardar esa pregunta y averiguarlo solo.
E intentó escuchar detrás de la puerta, a veces la escuchaba a ella hacerle preguntas al hombre, aunque más veces oía cómo él odiaba algo y luego hablaba tanto que no entendía  demasiado las palabras que decía.
Y el teléfono empezó a sonar....... y esperó que alguien atendiera pero ni el sonido intenso  interrumpía la conversación entre ellos, así que muy solapadamente con voz grave dijo: consultorio de la doctora.......hola. Del otro lado del teléfono se escuchó: perdón, con el consultorio de la psiquiatra?. Sí -contestó él- Ah....quisiera pedir un turno por recomendación del doctor........El niño dijo: por qué quiere pedir un turno?  -aprovechando la información negligente. Y escuchó: porque estoy desbordada con algunos temas y  el doctor me recomendó verla porque es la mejor psiquiatra de la zona. El chico quedó atónito....pensó...."la mejor"?.......mi mamá?..... y contestó: si, sí, ahora no puede hablar.....usted la llama porque tiene  alguna enfermedad?.... La voz contestó: sí, del alma, si se puede decir...... El chico aprovechó tanta soltura e irónicamente le preguntó: eso tiene cura?...... La voz contestó que eso no lo sabe....que volvía a llamar luego.
El niño a punto de cortar el teléfono terminó diciéndole: escuche......llame en un ratito....y si sigue ocupada mi mamá, yo la escucho y tal vez se cura.-y le cortó.
El chico quedó asombrado con el diálogo, con ese encuentro de palabras tan profundas, con cada una de esas palabras. Creía poder intervenir, así lo intuía.  Quedó pensando en esa persona.....en su posibilidad de alguna vez ser grande y convertirse en sanador. Pero antes debía salir de esa sala contigua y del lado de su madre.

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