Urano en Casa IV

El hogar siempre es diferente como la nave de alienígenas de películas en el espacio. Y él mismo el alien de la familia. Se fue desmembrando con el tiempo pero desde que nació su hogar fue el antinido. Lo excéntrico de las ventanas, los muebles, las habitaciones, el silencio de eco y el divorcio de la emoción desde siempre. Qué lazos pueden hacerse sólidos en esas condiciones?  Pero quién espera también la solidez si la emoción no lo pide. Un padre que se va, una madre entrando en la locura, una familia enemistada, tres hermanos de otra sangre, ausencias y presencias eléctricas que lo hacen libre de espacio y tiempo y su pasado no lo recuerda jamas, todo es distorsión. Inventa su propio nido, no es su lugar de descanso, pero lo estimula, lo despierta.  Y cambia los muebles de lugar muchas veces, sus bombitas de luz se le rompen más de lo normal, saltan circuitos elétricos cuando más inconciente está y tiene la sensación de estar siendo observado por alguien con esas cámaras mínimas digitales cuando tiene arrebatos de locura y distancia.
Y siempre finalmente parece un alien,  que aterra a la nave porque irrumpe con la novedad de su existencia.... Liberando  a toda su genealogía familiar, trama del mundo, con el descaro del loco. Su don.

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