Tiene una cita.
Él tocó el timbre. Él lo hizo pasar, se abrasaron fuerte;
él se sentó a su lado y él lo besó mucho. Le dio de comer, lo hizo feliz.
Un rato después él le dijo que ya era hora de marcharse. Y él enerbó. ¿¡cómo irse!?, entonces habló, refunfuñó, gritó un poco y después recién se fue.
Estando ya lejos se calmó totalmente.