La vendedora Tauro

Tuvo un habito brillante: comprar cosas y venderlas. Cuando hizo unos pesos, los ahorró para comprarse unas lolas y operarselas. Se puso dos veces más que el tamaño de su cerebro, en cada una. Estaba tan contenta que cuando volvió a trabajar vendía mejor. Se compró después un auto, más grande que el que podía manejar, con más espacio que el que podría llenar con su familia. Pero con ese auto vendía mas y mejor. Después de un tiempo el auto se convirtió en viejo y lo vendió. Después las lolas le pesaban y también quiso venderlas, pero imposible, solo se las sacó. Tuvo que pagar la operación y sin auto y sin tetas, pidió quedarse con las protesis que le habían sacado. Publicó un aviso en el diario para venderlas usadas, ofreciendo protesis mamarias descartables. Hasta hizo un remate y pidió precio inicial. Fue polémico y escandalo; tapa de varios diarios y noticias. Pero era tan buena vendedora, que cada nota que le hacían en los medios, las vendía al mismo valor que cada protesis, más el valor del auto.

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