Guardemos silencio que está durmiendo!- pidió la madre a las visitas.
Es muy dificil hacerla dormir y trato que haya condiciones adecuadas.- continuó.
El comedor quedó en silencio, la madre no hacía ruidos. Puso una música muy suave de fondo y sirvió la cena. - es que no me gustan ni que griten ni los ruidos cerca de ella - dijo - Hoy leí algo para el sueño de los bebes que me gustó....- y una amiga la interrumpió diciendo- Yo a mis hijos los ponía en su cuarto y dejaba que lloren hasta que se duerman para que aprendan a descansar bien y te digo que todos en casa seguían haciendo lo que hacían igual.- se jactó- La mujer madre la miró y se levantó de la mesa sin contestarle nada. Siguió sirviendo salsas, entradas, arrolladitos y ricas comidas y la bebita despertó con un llanto delicado a pesar de la calma que había en el ambiente. Inmediatamente todas fueron a buscarla para conocerla por primera vez. La mujer madre abrazó a su hijita fuerte y la llevó a la mesa con el resto de las amigas invitadas. La bebita llevaba una mirada muy tranquila, como encantada, era dulce, tranquila. Su madre orgullosa no la soltaba. Alguna amiga pidió hacerle upa y sostenerla un rato pero se escuchó- esperá a ver si ella quiere....esperá a ver qué hace.- comentó la madre.
Unos años después la niña vivía en un tono constantemente amable y relajante de una pasividad exagerada, en donde solo importan los colores pasteles, las comidas exquisitas y la gracia de un estado que todo lo tiene y cuidado si algo le falta.
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