Neptuno en Casa X

Escalar una montaña es lo más lento que se puede hacer, pero disfrazarse de montaña es lo más estafador que se puede hacer. Y asi la meta no tiene límites, el sentido de popularidad infinita que logró es tan fantasmagórica como irreal, porque esconde la trama de engaños y coimas y una imagen que aparenta solidez pero solo es una pantalla de la condición de narcotraficante primero de la ciudad. Y por obra de la propaganda sugestiva y manipuladora, dentro de un contexto político de pérdida, parecía la única salvación y así fue elegido por el pueblo. Y cuando alcanzo semejante nivel de imagen pública, quiso sostenerla como se sostiene la montaña pero fue desenmascarado cuando todo lo que hizo con el tiempo fue en vano y ya nada creible. Pero tiene la espuma del mar en su cuello, y no se ahoga ni se hunde, tan solo lo cubre de un espectáculo de variadas caras ante la opinión pública y aunque no es demostrado fehacientemente ni se lo puede culpar de nada por falta de pruebas, nunca deja de llamarse el posible redentor del gobierno, sugestionando a la masa a seguir creyendo en él, por su transparencia. Y actúa de montaña, arma la escena y la coyuntura lo infla circunstancialmente.

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