La madre lo retó por su vagancia en la escuela, su poca concentración, su falta de responsabilidad. Todo lo que hacía el chico era adolescer. Todo el año fue de adaptación y nada de compromiso. Había dibujado todo su cuarto, pintado los cajones, los muebles, sin violencia, con la belleza de los colores y su varonil veta artística. Y ya no era agradable su presencia en la casa, no permanecía tranquilo como antes, no tenía esa mansedumbre habitual, se alejaba de la protección. Le dijo que debe prestar más atención, que las cosas que le faltan debe sacarle copias y le dio dinero suficiente para hacerlo.
En un acto de autoridad maternal, cuando recién llegó, le pidió que le mostrara las hojas que fotocopió y los trabajos que adeudaba. Cuando el hijo abrió la mochila se vio en el fondo un ramo de flores mal acomodado. La madre atónita, nunca había visto flores en un bolso, serían de la escuela pensó, se las habría encontrado. El chico aclaró que eran para una amiga que cumplía años ese día y que no había podido encontrar. La mujer le preguntó si las había comprado. Y él sonrió....como si nada, le pidió a su madre que las ponga en agua porque las llevaría al colegio al otro día. La mujer quedó callada, nada agregó, ni retomó retos. Solo puso las flores en un jarrón y las acomodó en el medio de la mesa de su casa. Como una hora después la madre le preguntó si había sacado las copias que necesitaba. El chico ya no tenía la plata.
Venus nunca se separa a una distancia mayor a 48 grados del Sol, por lo tanto no puede existir un aspecto de oposición entre el Sol y Venus. Al menos así me enseñaron. Saludos. Anita
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