La madre en el centro de la escena y la nena corriendo bien lejos alrededor hasta desaparecer cuando no encuentra en esos ojos maternidad alguna sin despotricarla. La nena huye de esos brazos porque prefiere refugiarse bajo el cielo de todos los tiempos. Y cuando debe volver a su casa parece que alguien le hubiera pedido que la emocion la deje en las estrellas y no en su interior, entonces no puede acercar su cachete a la boca de nadie en esa etapa de niñez. Y aparentemente independiente y rebelde, puede permanecer sola y sin contactos por días como también de repente estar con gente que al azar conoció y parecer en la confianza de toda una vida. Y así liga con todo el mundo y también desaparece de todo el mundo. Y es verdaderamente libre, emocionalmente libre pero esa libertad es un privilegio. Y rie a carcajadas cuando alguien llora exageradamente, cuando le ve la cara deformada por zurcos de agua o cuando el drama es demasiado sofocante puede meter una burla o un chiste rápido para evaporar la poca sensibilidad que le queda de su agua pero al mismo tiempo así aliviarle al otro los sentimientos estancados, constagiando esa risa, imponiendo que vean los demás su frescura intelectual e ingeniosa ante la angusta. Y cuanto más grande más aprende del desapego, pero no siempre aprende en esa libertad que maneja a sentirse sus propias emociones sin tantos miedos y alteraciones. Será que la emoción le apagaría esa genialidad y chispeante vivacidad al relacionarse.
genia!!!!!!!
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