Lo he visto cuando se alejaba de su mamá como rechazándola, para encontrarse rodeado de seres que recoge en el andar mientras se aleja...personas que reune y se entrelaza, a los que cocina, atiende, aconseja y contiene sin tantas palabras, aunque cuando habla es el momento oportuno siempre. Y toda su protección la muestra con esa forma de permanecer a sus lados, tranquilo, sin pretensiones, lleno de conformismo, sereno, seguro, independiente, sin alterarse, salvo con caprichos. Hasta que llega el momento que le preguntan por él, lo que siente ó cómo se siente y ahí puede verse como se mete en la concha marina que lleva en sus espaldas y nada puede contestar de sus estados emocionales desde ahí adentro. Pero si no lo presionan tal vez salga al poco tiempo para observar lo que pasa fuera en la luz de todos y comprender cada sentimiento. Porque esa soledad de estar ahí adentro lo confina a no sentir nada y sale nuevamente a buscar la dependencia y anidar con esos lazos que hace duraderos. El se nutre de la dependencia pero no con su madre, de quien jamaz habla, porque nada hay que decir de ella ni de él. La prueba está en sus actos.
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