Tránsito de Luna oposición Saturno

(Específicamente tránsito de la Luna opuesta a  Saturno y no al revés)
Había que estar en un horario puntual y programado, para lo que me organicé bien pero  no se por qué me vestí demasiado seria, tardé bastante en elegir el peinado, tal vez quería lograr una buena impresión entre tantas personas. Había tenido un buen día, iba  con ganas pero mi humor cambió de la nada,  me puse introvertida, incómoda cuando estaba llegando.  Después sentí mucha  formalidad  cuando me saludaron, ví la cara de mi mamá a punto de quejarse... Pero era un estado, era yo que me sentía apagada y miedosa.......En realidad no estoy segura si fui yo o la situación la que me hacía sentir así, más fría. Y me mantuve en un sillón sin comer demasiado, cruzando las piernas de un lado a otro, no quería dar explicaciones a nadie de mi vida ni mostrar caras y caretas, sólo estuve esperando que se me vaya la seriedad y la coraza que me crecía  ahí cuando miraba gestos y  diálogos tan absurdos y ajenos. 
En un momento se me acercó una mujer grande, a quien ni conocía, pero tan gentil con una bandeja,  que antes que me dijera algo, aproveché para criticar frente a ella a ese hombre tan hostil que estaba sentado en la otra punta de la mesa, que además tenía poco genio.  Y al terminar mis palabras sentí un vacío en el aire,  la mujer no me respondía, sólo miraba al hombre y levantaba una ceja por lo que no logré alianza ni complicidad. Luego  me ofreció unos canapés, que yo no acepté por supuesto  y se alejó. 
Quedé además como una desdichada cuando ese hombre se levantó del asiento y besó a  la mujer a quien yo intentaba hacer reir ó solamente comenzar una conversación. 
La noche era fría sin  mi intervención y de pronto era mi responsabilidad todo lo que estaba pasando! Tuve que sostener la pera en alto y caminar por la casa  con ese atuendo que nunca me hubiera puesto, que me estaba opacando mi presencia y busqué  refugio cómodo sin culpas.  Ahí fue cuando mi mamá se acercó, me preguntó "qué hacés tan aislada?";  hasta me pidió cordura y simpatía. Yo intenté sonreir o abrazarla, calmarla ó calmarme pero solo pude decirle "me tengo que ir pronto, me perdonás".
Al menos aprendí a no forzar nada. No siempre uno está dispuesto a hacer sociales.

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