Nodo Norte en Casa VI

Me citaron para una entrevista de trabajo, en pleno centro en un horario en que el sol calcina todas las superficies pero llegué puntual y a tiempo para no perder la oportunidad de emplearme en algo. Se sentía el caminar lento de toda la gente por las calles angostas con la temperatura de un verano fulminante que no da fuerzas ni energía aunque el Sol así lo fuera. Yo me sentía desmayar....pero no por eso faltaría al encuentro. Cuando llegué a la calle que había agendado, busqué el número exacto y vi que en la puerta del edificio había un hombre en el suelo caliente, acostado, sin zapatillas, con un short y una remera estropeada, absolutamente dormido...ó muerto, hasta que me acerqué más y vi que respiraba y mientras la gente pasaba y pasaba sin darle importancia, miré la hora y era el momento de tocar el timbre y anunciarme. Pero cuando toqué el portero eléctrico me di cuenta que debía saltar  a aquel hombre para empujar la puerta, ó despertarlo ó pisarlo. Era imposible esquivarlo, se había caído o tirado o dormido justo frente a las puertas del lugar, a lo largo, sin dar espacio para nadie. Veía cómo toda la gente al pasar me miraba parada a su lado, quedé paralizada unos minutos analizando cómo podría hacer cuando recordé  mi exhaustiva puntualidad que estaba a punto de transgredir. Con una mano extendida y mi cuerpo incómodo empujé puerta...sólo tenía que entrar al edificio y tener esa entrevista, conseguir el trabajo y marcharme a nuevas rutinas. 
Entonces  me subí la pollera y me animé a saltarlo con toda la verguenza y mis tacos. La puerta se cerró sola y sin mirar hacia atrás, seguí rápidamente  hasta el ascensor y  subí a la oficina.  Me hicieron aguardar unos instantes...con una sonrisa que yo no pude devolver, aquel hombre me había sacado la calma y ese salto me había dejado impresionada de mi propia frialdad y conveniencia. La persona que me dio la bienvenida al lugar parecía no saber acerca de aquel hombre y yo tampoco sabía si comentarlo, mi cara lo decía todo y la entrevista se arruinaría....... Pero de pronto me pidió que aguarde, que ya mismo llamaría a la policia para que retiren al indigente. Ahí fue cuando no pude callar y le dije que me conmovía tremendamente un ser humano en el suelo caliente de una calle del microcentro, pero me interrumpió con un: -si, si,  está lleno de esta gente-. 
Cuando al fin me entrevistaron mi cara permanecía compungida, necesitaba que además del propósito del empleo, de mis necesidades y lo importante que era este encuentro... alguien se atreva a conmoverse de la vida misma y muestren  el servicio a la humanidad. Pero parecía todo ser un trámite seco, con principio, propósito y fin. La conversación fue muy poco auténtica, no pude mostrar mi interés fehacientemente sobre el trabajo que me estaban ofreciendo, tan solo marqué mi necesidad de un puesto estable pero sin tantas exigencias ni especificaciones. Al salir del lugar, bajé el ascensor pensando en no encontrarlo, pero ahí estaba el hombre, tirado en el suelo, en la misma exacta posición, descalzo, transpirado, inconcientemente dormido, abandonado por él mismo y por mí pensé.....Abrí la puerta nuevamente y me preparé para saltarlo....pero saliendo no tenía la misma posición que al entrar, no podía agarrarme tanto como antes, por lo que cuando di el primer caso sin tanto envión terminé cayéndome sobre  él, sobre sus piernas, golpeándonos mutuamente. Y me puse muy nerviosa y grité desesperada....sólo quería levantarme.  La gente que pasaba por la calle veía cómo me costaba hacerlo y que el hombre no reaccionaba, pero nadie nos ayudó, ni a mí ni a él. Yo tampoco hice nada.

1 comentario:

  1. Buenos días. Estoy encantada de haberte descubierto. Especialmente esos relatos que contienen y sugieren tanto. Me haces comprender la astrología a otro nivel, mucho más enriquecedor. No encontré sobre la posición que buscaba, nodo norte en casa XII, y que me trae quebraderos de cabeza, por lo "intangible" , espero poder leerlo algún día aquí. Pero enhorabuena por tu originalidad y tu talento.

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