MercurioMarte en Leo Casa IV

“Deseo, deseo…que salga de la caja, una niña hermosa que baile y que cante”.
La caja se abrió y de ella salío una preciosura, cantando y bailando, como una muñeca a cuerda para luego terminar en un abrazo fuerte a la que había pedido el deseo: su madre. Durante este abrazo,  atrevidamente volvió a desear: “deseo,  deseo… que ahora salga de esa caja un niño que cante y baile”. Al instante de decir esas palabras, salio con timidez un niño con la mirada fija en aquella quien “deseaba”. Entonces ella aplaudió su aparición;  el niño cantó y bailó  bruscamente. En un giro de su cuerpo, cayó al piso, haciéndose el desmayado. La niña se levantó, lo tomó de sus piernas y lo arrastró a la caja nuevamente, para encerrarlo y que no se lo viera.  Él continuó su actuación de desmayo y una vez incómodo en la caja pataleó y pegó a su hermana, hasta el llanto.


Un fuerte grito se escuchó: - Basta, el juego termino!- 

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