Me levanté temprano ese domingo......por un llamado inesperado en mi celular que me cambió el curso de mis actividades. Había estado pensando en mi hermano días atrás y en el afán de verlo.....justo llamó. Me he conectado con él así por años, desde que no vivimos en la misma ciudad, siempre que pienso en él o él en mi .....a los días siempre nos buscamos. Para encontrarme debía viajar una hora y media hacia fuera de la ciudad y en el recorrido llevé el libro que estaba leyendo, aunque nunca lo terminaba, no soy muy consecuente con la lectura ni con nada que deba mi concentración. En el omnibus el libro se me cayó y lo levantó un hombre tan agradable que inmediatamente se gestó una conversación dinámica e interesante. El libro lo había leído y quería contarme el final. Yo graciosamente le pedí por favor no lo haga. Pero me hizo como un juego de vaticinios...... leer una oración al azar abriendo el libro donde quisiera nos revelaría algo. En ese momento me pareció entretenido jugar con alguien. El viaje no era ni largo ni corto, tan relativos los tiempos.....más bien parecía no estar en un omnibus cuando hablábamos. Cuando tuve que leer yo misma la línea que al azar elegí, decía: "los vientos traen palabras nuevas, viejas y hasta futuros lejanos". Creí no entender nada.......y esperé que él lo hiciera también....su oración elegida decía: "juntos viajando por el cielo atravesamos las tormentas, mi amor". Cuando terminó la oración, esa ultima expresión de "mi amor" me hizo sentir incómoda pero alerta. Le dije que no entendía la significancia de todo esto, que simplemente viajaba para ver a mi hermano que hace unos cuantos meses no contactaba y que era dificil tomar la iniciativa de ambos para vernos, por lo que elegí acercarme yo de una vez y encontrarnos. Se lo notaba al hombre un tanto distante y como que ya no quería jugar más......yo hubiera pedido más explicaciones acerca de lo leído pero yo también me sentía distante. Tal vez el paisaje por la ventana me gustaba más, tal vez leyendo podía disimular el énfasis de esa conversación...........no volvimos a hablar demasiado hasta llegar. Tampoco pude dormir, mi teléfono recibía mensajes y yo intentaba contestarlos y es cierto que nunca pude dormir en un viaje.
Cuando llegamos me impresionó darme cuenta de la lluvia que empezaba a caer y un viento tan fuerte que me levantaba el tapado que llevaba sin ajustar. Me abroché los botones, me tapé el cuello con un sweater que llevaba aparte y de pronto escuche la voz de aquel compañero de viaje que me decía: - ¿te das cuenta que atravesamos la tormenta?-......yo sonreí...........soy distraída....... pero no podría nunca olvidarme de que faltaba que dijera: mi amor..............
Inolvidable Laura. Me has dejado pensando y recordando.Un saludo afectuoso
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