Avisaron con tiempo que cortarían el suministro de agua en el edificio para poder arreglar unos caños viejos. El corte sería de unas pocas horas. Todos los propietarios estaban avisados pero ella lo olvidó igual.. Y llegado el día, esa misma mañana no escuchó el despertador...llegaría tarde a sus deberes.
Pero asi y todo se levantó recordando el sueño reciente. Estar en las orillas de un mar junto a una montaña...caminar sobre unas piedras para no caer al agua y sentir que las piedras la levantaban y la movían y ver que no eran piedras sino una gran ballena que en un envión la haría surfear en esas aguas.
Un poco dormida fue al baño, abrió la canilla para lavarse la cara, ofuscada fue a la cocina y tampoco salía agua de ahí. Tomó de la heladera una jarra bien fría, luego la tocó con sus manos y lavó sus ojos, se vistió y se fue al trabajo.
Ocho horas después llegó a su casa, abrió la puerta y vio agua por todos lados. El piso empapado de una capa finita que se expandía lentamente y el sonido de canillas abiertas. Es que sin darse cuenta....no las había cerrado al irse. Se desesperó, quiso culpar al edificio, al encargado, al vecino. Parecía un castigo....... sola, entre tanto cansancio tuvo que escurrir por varias horas semejante inundación por ese descuido, por un olvido.
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