Mercurio en el Ascendente

Llega a la parada del colectivo y espera que venga. Hubiera preferido seguir caminando pero llegaría tarde. Le aburre esperar quieta y callada, pero su mente no deja de hablarle. Y para distraerse se concentra en  los autos que pasan prestando atención a los números de las patentes. Empieza  a sumar sin razón aparente los últimos dígitos de una patente que acaba de ver y se entretiene hasta conseguir el resultado.
Levanta una ceja como si se hubiera hecho una pregunta ella misma y vuelve a mirar otro auto pasar y también suma  rápidamente los números de la patente y el resultado era el mismo que la suma que hizo anteriormente, entonces sus ojos se abren y hace un gesto de curiosidad al pensar en sumar nuevamente otra patente y  si  diera el mismo número que los dos anteriores sería señal que inmediatamente vendría  el ómnibus, caso contrario seria que tardaría mucho más en llegar. Entonces juntó sus manos y tocando sus uñas  buscó elegir un auto para sumarle los números, le hubiera gustado hacer trampa pero la impaciencia no dejaba tiempo y llegó a enredarse en su propio juego, ya no podía  elegir un auto cualquiera, estaba segura que ninguno daría el número correcto y la mirada ya estaba alterada, caminaba de un lado hacia otro y dijo fuerte: ¡còmo tarda!. Hasta que eligió dos autos que tenían los números invertidos, eso la divirtió y prefirió sumarlos en su  totalidad para ver si coincidía con los números anteriores. El resultado le dio diferente por un número de diferencia. Entonces frunció el ceño, miró hacia el suelo y moviendo la pierna histéricamente sumó nuevamente los dos autos y el resultado seguía siendo el mismo, pero pensó que podría sumar los dos autos que antes por separado había sumado y si diera el mismo número que el anterior, también podría contemplarse como resultado de que vendría el ómnibus muy pronto. Con una mano  rascándose el mentón, luego las orejas, sumó los dos autos primeros y el número casualmente dio igual y sonrió, parada en la espera del ómnibus, ya con algunas personas detrás. Y levantó los talones, estirando las piernas y el cuello alargándolo y vio entonces al ómnibus en la cuadra acercándose. Y con su mente ágil pudo hacer que el tiempo pase más rápido.

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