Sostener el ego es como naufragar y así es mucha la pre ocupación del hombre que trata con un permanente engaño de las percepciones ó intenta al menos significarlas como único escape. Naufragamos porque lo hacemos en aguas propias, aguas que además contienen el resto de egos que también nos acompañan a la redonda. Egos que parecen fragmentos del ego de uno mismo. Y todos aquellos egos duermen en aguas propias. Toda la humanidad duerme en sus propias aguas, porque de ellas se nutren todos los personajes que la imagen le crea a sus ojos. En aguas propias donde naufraga un ego están nuestros otros egos que proyectamos, desde el primer día que dormíamos en el agua de la gestación y pueden hacernos ahogar para que ellos se salven. Comprender que son aguas propias simplemente.
Cuando nademos en las aguas universales, tal vez no pasemos al lado de un hombre durmiendo en el piso sin preguntarse si está vivo o muerto.... Para dejar de naufragar en las propias aguas, no hace falta ahogarse, sino salir del engaño del ego y sus recurrentes percepciones. Y arrojar esas aguas al océano y que se fundan con todas las percepciones, absolutamente todas, como ya lo estamos haciendo.
Seremos una gran salvación.
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