Mientras la velocidad sigue motivando al mundo, él sostiene que la lentitud que padece es igualmente dinámica cuando sabe degustar la verdad de todo con sus propios tiempos. La apariencia está comprometida en el cuello y en sus gestos de calma y en su mano agarrando el vaso de bebida alcohólica que tanto lo seda para comprenderse mejor en su cámara lenta. Y el deseo? dónde deposita su deseo, si la velocidad no lo lleva con furia hacia la conquista....su deseo permanece en el placer. El goce es lo que le despierta el deseo y no al revés. Y no conoce modo para avanzar que no sea experimentando la suavidad de los actos y la terquedad de sus pensamientos. Contenido él mismo en un estado de plenitud física en que la vagancia toma las riendas, sucede que siente el resentimiento y la envidia de no estar ejecutando una obra maestra que castre a los demás y lo haga acabar a él mismo en consecuencia. Pero no hay forma de lidiar con su amanecer, si no es a través del buen gusto y el refinamiento en todas sus variaciones que represente.
muy bueno
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