Tránsito de Marte cuadratura Luna

En la panadería pide media docena de croissants y una docena de napolitanas de chocolate. Cuando le cobran le apunta al cajero con un arma y  obliga el asalto. Sin decir palabras toma las exquisiteces con brutalidad y sale corriendo.
Entra a otra panadería y más enérgico pide cuatro porciones de una torta de limón. Se la envuelven con demasiada lentitud y  grita a la empleada que se apure. Como la empleada tan solo lo miró sin contestarle nada,  él sacó de su bolsillo el revólver y le dijo: ¡apúrese!.  Comenzaba entonces a transpirar. Con la mano del arma quiso secarse la frente y justo en ese momento la empleada le tiró la bandeja de tortas en la cara y se escondió detrás del mostrador. El ladrón gritó de furia y se marchó. La empleada lo describió como alguien que no tenía  aspecto de indigente, con buena presencia, sin máscaras ni capuchas, de mediana edad, con varias bolsas en su otra mano.
La policía registró una docena de asaltos con la misma categoría durante esos dos días y todavía está prófugo.

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