Tránsito de Plutón conjunción Sol

Lo llamaron para un trabajo, otro más de los tantos que intenta guardar como experiencia sin réditos y de pronto un tesoro encontró en esa posibilidad cuando llegó un contacto que le ofreció mejores condiciones y todo se profundizó a un nivel insospechado. Pero no tenía demasiada experiencia en eso, eran nuevas formas de encarar el negocio, con gente nueva y razones diferentes. Desconfió de algunas personas, el reconocimiento parecía vano pero cada vez tenía más síntomas de estar frente a un tesoro oculto. 
Unos meses después ese tesoro fue descubierto. Era él mismo su propio oro. Le dieron un cheque gigante que lo gratificó durante un rato pero en esa superficialidad se hundía. De a poco se daba cuenta que si se marchaba de ahí, todo se pudriría y el éxito aparente no sería nada sin su presencia poderosa. La desconfianza era una capa que velaba la riqueza, su modestia era su miedo, todo parecía ir por los carriles de la verdadera vocación. Porque nada era con el esfuerzo de otras épocas, se sometía la envidia ajena a semejante intuición acertada y valió la pena la espera. Escuchó que se trataba de suerte, él negó tremenda desvalorización. Se trataba del tesoro oculto que él mismo era. Nada que ver con la suerte, sino más bien con el descubrimiento. 

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