Tránsito Mercurio cuadratura Saturno

Fue la semana pasada cuando estando sola  llegué a un punto, entre tantos que habían en mis pensamientos, al punto en que me di cuenta que no entendía nada. Estaba en un brete, en una encrucijada, entre muros que  prevenían que siguiera escapando a través de mi mente. No entendía nada sobre mis propios procesos mentales,  por lo que me obligó a frustrarme para evitar  malas interpretaciones.  Nada fluía para seguir ese mismo pensamiento. Prácticamente no entendía qué vuelta más le podía dar al asunto y así frené yo y antes mi mente.  La idea que tenía realmente no tenía más posibilidad de elucubración. Me había equivocado y lo hice por años hasta esta semana pasada que quedó el pensamiento anudado de tal forma que eran evidentes mis carencias y bloqueos. Imposible compartir el momento, hablarlo con nadie. Me sentí impelida a crecer, detenerme en el nudo y analizarlo con seriedad.
Luego de esa semana las ideas empezaron a aclararse, discriminé con más autoridad pensante mi siguiente paso, pensé en la practicidad ulterior, en el rendimiento de mi cerebro y en la paciencia para respirar mejor las palabras que pienso.

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