Protegeré a esos chicos de todo como si fueran mis propios hijos. Seré maternal como ningún hombre lo fue en mi familia. Necesito hacerlo. Siempre me llevé bien con los hijos de otros. Así como lo soy con los mios propios y no fui yo quien buscó esto. Nada hice para atraer a esa mujer con sus necesidades y puedo ayudarla. Ayudarlos. Y formar esta familia es más que estar enamorado. Esta mujer me ha hecho conocer el sentido de lo que me parecía me faltaba.....No me faltaba..me di cuenta que me sobraba. Ese sentimiento de proteger a quien esté a mi lado como si hubiera sido poco querido, pero no. He sido querido pero tambien demandado entre tantas carencias. No pude cubrir en esos tiempos ninguna. Ahora sé como hacer para que todo se nutra en mi casa. Y soy yo quien cocina....soy yo quien alimenta, pero no soy la mujer de la casa. Soy un hombre superando mi infancia.
Una luna oscurecida de nostalgia que escurre agua y nutre raíces, guardando el debido respeto a la familia. Deseando la inmortalidad para ver con mil ojos un millón de generaciones ya muertas.
ResponderEliminarSiempre escuchando la palpitación incoherente dentro de cada célula…
¡Pero casi nada ha de durar para siempre!
(Cuatro letras, por supuesto, amor de color sangre)